José de San Martín, el Libertador, es para nosotros mucho más que el nombre que lleva la Escuela, porque su figura es portadora de ideales y valores. San Martín hablaba de igualdad, de libertad, de justicia, de prosperidad, de felicidad, de soberanía para los Pueblos de NuestrAmérica.
El San Martín que queremos destacar hoy, a 170 años de su desaparición física, es el que construyera una estrecha relación con los caudillos provinciales. San Martín nunca quiso combatirlos, y por ese motivo, desobedeció a Buenos Aires y a la Logia Lautaro que había conformado al arribar a la capital en 1812. Su preocupación fue, siempre, evitar una guerra civil, intención clara que determinó las palabras que le escribiera a José Gervasio Artigas: «Paisano mío, hagamos un esfuerzo, y dediquemos nuestra energía a combatir únicamente a los enemigos que quieren atacar nuestra libertad…» «Mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas…» «…no tengo más pretensiones que la felicidad de la Patria…»
El San Martín que elogiamos, es aquel que existió y del que poco se habla: siendo Gobernador de Cuyo diseñó uno de los sistemas impositivos más progresistas que se conocen; desarrolló el sistema educativo, y al respecto dijo: «…las escuelas son más poderosas que los ejércitos para terminar con la tiranía»; prohibió todo tipo de apremios ilegales y torturas a prisioneros; en Lima escribió y aplicó un edicto a favor de la libertad de expresión y la libertad de imprenta; tuvo como secretario a uno de los próceres más radicalizados de nuestra historia, Bernardo de Monteagudo; terminó con la Inquisición en el Alto Perú…
…Amamos a ese San Martín que fundaba bibliotecas, donando tres veces la propia, primero para el Pueblo de Mendoza, luego para el de Santiago y más tarde para el de Lima. Y cada vez que donaba una, volvía a empezar otra, comprando en primer lugar, para sí, dos libros que consideraba imprescindibles: el Contrato Social de Rousseau y el Escenario Filosófico de Voltaire, dos de los pensadores más radicalizados que inspiraron la Revolución Francesa, con un fuerte pensamiento liberal social. De allí que muchos historiadores lo consideraron un reformista ilustrado.
Su sentido del poder era sin dudarlo una construcción basada en la igualdad, y la solidaridad, al lograr la libertad de Chile, se dirige al pueblo reunido y pronuncia la siguiente afirmación: «…no vengo a presentarme como un conquistador… no puedo ser sino el instrumento accidental de la justicia y un agente del destino…«.
Por todo lo expuesto, el Taller de Teatro «Improvisados», a través de la voz del estudiante de Quinto año Luciano Mansilla, coordinado por la Prof. Virginia Francesconi, con la colaboración de la Prof. Melina Gigli, coordinadora del Taller de audiovisuales, han realizado este homenaje a José de San Martín que, orgullosamente, compartimos.
Lic. Prof. Esp. Graciela Ester Mandolini