El 6 de agosto celebramos en la Argentina el “Día de la Enseñanza Agropecuaria”, en conmemoración del inicio del dictado de clases en el Instituto Agronómico- Veterinario de la Provincia de Buenos Aires, en el año 1883, en el predio de la antigua estancia Santa Catalina ubicada en Llavallol.
En 1881, el gobernador Dardo Rocha autorizó la creación del Instituto, en el predio de la antigua estancia Santa Catalina, de los hermanos Robertson, ubicada en los actuales partidos de Lomas de Zamora y Esteban Echeverría.
Así, nació el primer instituto de Argentina que otorgaba títulos de ingeniero agrónomo y médico veterinario. El instituto contaba con una cabaña, iniciada con animales puros traídos de Europa y un “Conservatorio de vacuna animal”, el primero de su tipo en Sudamérica.
Aunque el primer antecedente que puede señalarse en ese sentido es la creación en 1823 de la “Escuela de Agricultura Práctica y Jardín de Aclimatación” dispuesta por el Gobernador Martín Rodríguez en la provincia de Buenos Aires. Situada en la zona de la Recoleta, a la que anualmente asistirían seis estudiantes, todos hijos de agricultores. Los estudios no sólo contarían con una enseñanza teórica, sino que se debería dedicar tiempo al cultivo de plantas que serían utilizadas para “adornar” los paseos públicos, como combustible, para la construcción, para la elaboración de medicinas y para el autosustento, ya que los estudiantes residirían en el establecimiento. Esta escuela funcionó solo hasta 1832.
Domingo Faustino Sarmiento presentó, en 1856, un anteproyecto de ley por el cual en las cercanías de Buenos Aires -a ambas márgenes del arroyo Maldonado- se expropiaría una legua cuadrada de terreno para instalar una escuela. Si bien el proyecto no llegó a concretarse, resultan interesantes las ideas de Sarmiento al respecto:
“La educación pública sobre todo para la campaña nuestra, debe ser rural, colonizadora, preparada para transformar la Pampa, entonces inculta, en elemento de producción, corrigiendo por la silvicultura el defecto capital de la llanura sin límites, que sólo de cueros de vaca proveía a la industria entonces. El maestro de escuela debía ser agrónomo, y la “escuela criadero” de plantas forestales para enriquecer de bosque la superficie […]”. Pedro F. Marotta: Antecedentes sobre la enseñanza agrícola en el país. Revista El Monitor de la Educación Común, Buenos Aires, Consejo Nacional de Educación, 1914, p. 321-331.
En virtud de cubrir las necesidades educacionales en materia agrícola en la estratégica zona de la pampa húmeda, en 1900, el Poder Ejecutivo decretó la apertura de la “Escuela Nacional de Agricultura y Ganadería” en Villa Casilda, provincia de Santa Fe. Comenzando el dictado de clases el 04 de agosto de 1902.
Por tal motivo, su Archivo Histórico conmemora y saluda, por tan especial tarea, junto a todos los docentes, estudiantes y profesionales que trabajaron y trabajan día a día por el cuidado del ambiente; y el uso y preservación de los recursos naturales adaptándose a las nuevas tecnologías y a las prácticas idóneas en el camino hacia la soberanía alimentaria.
La llegada de Manuel Belgrano a la Secretaría del Consulado de Buenos Aires, y la propuesta aparecida en la Memoria leída el 15 de junio de 1796 -titulada Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria, proteger el comercio en un país agricultor- de crear una Escuela Práctica de Agricultores, resulta el primer intento de fomentar la educación agropecuaria en el Río de la Plata.
“Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria, proteger el comercio en un país agricultor”. Memoria leída por el secretario del Consulado de Buenos Aires, Dr. Manuel Belgrano, el 15 de junio de 1796.
(Fragmento) Fuente: Belgrano, Manuel: Escritos económicos, Buenos Aires, Hyspamérica, 1988, p. 11 a 14.