Desde el Sector Arboricultura y Fruticultura de nuestra Escuela, se propuso plantar árboles en homenaje a los padres, planteando de este modo una alternativa en relación a una fecha que siempre tiene una alta connotación comercial. Plantar árboles es una práctica que tiene muchos sentidos existenciales: en estas fechas es parte de las prácticas que llevan a cabo las culturas originarias para contribuir al ciclo de renovación de la naturaleza, «un nuevo ciclo comienza hoy para muchos habitantes de nuestra Abya Yala». Además, se trata de compartir un presente, un don, un regalo con nuestros ancestros que implica un homenaje a la Naturaleza, a la Madre Tierra. Por dicho motivo, queremos agradecer a todos los que regalaron árboles para el día del padre, haciéndose eco de nuestra iniciativa. Casi 100 árboles fueron plantados el 20 de junio, por muchos ciudadanos y ciudadanas de la comunidad que aceptaron nuestra propuesta: hacer de un regalo, una práctica que integra naturaleza-cultura-afectos. El propósito de esta iniciativas es llamar la atención y provocar reflexiones sobre esos poderosos seres, los árboles. Todos/as somos subyugados por la majestad de su porte, o por la delicadeza de sus flores; por el cromatismo de sus hojas caducas en otoño, por el verdor perenne y victorioso de los abetos en el medio de un paisaje nevado; o por sus maderas olorosas, o por sus resinas, o por cualquiera de los innumerables tesoros que los árboles nos ofrecen. Desde que el mundo es mundo y en todos los rincones de la Tierra los seres humanos hemos respetado y amado los árboles, y ello no sólo por toda las bellezas y dones tangibles que estos brindan generosamente a la humanidad, sino también por otros grandes tesoros, los simbólicos y espirituales, razones por las cuales los más diversos pueblos los han venerado. ¡Gracias por ayudarnos a materializar este proyecto!